Actualmente vivimos en una sociedad comunicativa, una sociedad que diariamente transmite información, esta misma presentada por nosotros los medios de comunicación, configuradores de la actual cultura, quienes transformamos en forma positiva o negativa el conocimiento de los hombres e incluso sus actitudes y acciones; ¿A que se debe nuestra influencia?, a que podemos saciar las necesidades del hombre, ¿Qué necesidades?, ¿Quién es el hombre?
El concepto de quien es el hombre ha sido evaluado desde diferentes puntos de vista concluyendo que el mismo es un ser Unilateral compuesto por diferentes tipos de valores como: razón, sentimientos, pertenencia a una comunidad entre otros, estos mismos aunque son importantes para la definición del hombre no nos pueden brindar una visión completa de lo que somos.
La palabra que la tradición occidental ha empleado mas profundamente para referirse a el ser humano es “persona” ya que somos seres compuestos por un cuerpo, el alma y un espíritu que nos hacen seres únicos e irrepetibles. La persona humana es un ser relacional, procedemos de la relación de dos personas y en el resto de nuestras vidas desarrollamos relaciones inter-personales, es esta la razón por la Aristóteles llama a el hombre Animal social o político; es allí donde la comunicación juega un papel fundamental en la vida de muchos debido a que saciamos esa necesidad de ser un hombre social, adecuándonos a su cultura la cual funciona como un instrumento fundamental debido a la fuerza que ejerce sobre las personas y la sociedad. Según Juan Pablo II “Creced y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla (Gn 1:28) es la definición más completa sobre la cultura […] La cultura es la expresión del mismo Hombre. El hombre en sí mismo es cultura”. Partiendo de este concepto de cultura se podría decir entonces que la familia es el hábitat de la cultura, la familia en si misma satisface las necesidades de la persona humana. La creación de varias familias forma una nación y esto es lo que forma el desarrollo de la cultura de un país que lo diferencie de los demás.
La sociedad de la comunicación pues ofrece, las posibilidades de reforzar los lazos de unión, solidaridad, caridad entre otros valores a familias de cada nación, sin embargo podemos llegar a configurar de forma negativa la cultura puesto que a nuestras manos llega todo tipo de información fácilmente manipulable tanto para el perfeccionamiento de los hombres como para su propia destrucción.
Esto es simplemente un llamado a todo comunicador a la responsabilidad moral, responsabilidad ante Dios y ante la comunidad, tenemos el poder en nuestras manos y este solo dejara de ser un peligro en el momento en el que se use con responsabilidad, trabajemos al servicio de la verdad, comuniquemos de forma objetiva y sincera no seamos la causa de destrucción de los hogares sino que reforcemos sus valores y ayudemos a construir un mejor País.